La leña alrededor de los postes estaba bastante seca, no era verde; ese era uno de los pensamientos que cruzaban por tu cabeza el día que en que se iba a celebrar el Auto de Fe, os iban a quemar a ti, un guapo zagal de la calle, a una docena de desgraciados y a…
Etiqueta: Lazlo Kovacks
La caída
Indistinguibles en la aurora, las estrellas comenzaron a despedirse; dejó de haber mar, dejó de haber cielo y sólo hubo una danza de jade y claroscuro, una urdimbre que nunca habíamos visto agitándose en el Norte. La nao seguía moviéndose despacio, a menos de dos nudos, y el capitán, aferrado al cabo del bauprés, ni…
El Detalle
El inconfundible barritar próximo de un elefante casi me hace soltar la bandeja con vasos de té que llevaba. Iba a salir al pequeño patio de atrás y encontré a mi anfitrión de pie en la sombra, enfrentando a uno, que había atravesado el portón medio derruyéndolo. Juntas las manos, ligeramente inclinado, salmodiaba con una…
Ajo
Miro ese líquido casi opalino deslizarse por la serpiente plástica del vial hacia las venas de los pacientes. Trato de adaptarme, mejor no pienso en el contrato. Pero es dinero, aunque aquí eche en falta tantas cosas. Cubro aspectos de relación digamos cultural y lingüística, detalles chicos que se vuelven decisivos. “A mí usté no…
Los Territorios de Caza del Emperador
“…Se habían alejado demasiado. Estaban perdidos buscando alimento para ellos y sus familias. No se habían percatado de cuánto se habían adentrado en los Territorios de Caza del Emperador. Encontraron algún monolito con una cinta dorada, pero los Territorios parecían enormes, seguramente no habría soldados suficientes que pudieran patrullar sus fronteras ni los pudiesen ver….
Selección
De una mañana luminosa, el paisaje asombrosamente arcádico y marino que se divisaba desde el hostal que sólo me tenía a mí como huésped en ese invierno, había evolucionado al de una tarde con mar, cielo y tierra color navío de guerra; el viento empezaba a sonar, todavía no muy fuerte, en un introito para…
Del Diálogo con las Aves
El cuervo traía en su pico un globo ocular de pupila azul, seguramente humano por el tamaño, no mayor que una canica blanca pequeña. Posado a una decena de pasos, afianzado con sus garras en la barandilla del balcón, al que yo había salido a fumar y contemplar amanecer, él también miraba el perfil de…