Como siempre, con CANCIÓN incluida
Hoy me gustaría hacer una parada extraordinaria en el camino. Cada vez que me pongo a escribir algo para el blog, no tengo muy claro en qué acabará…puedo partir de una premisa que luego acaba mutando delante de mí, pero hoy quiero hacer algo diferente.
Quiero que nos sentemos un momento y conversemos, aunque no directamente. Presupongo que todos los que entráis aquí tendréis algo de cariño a las letras, algo remarcable corriendo los tiempos que corren, aunque no os conozco porque sois tan silenciosos como yo. También presupongo que habrá gente de todo tipo y las macedonias sociales me suelen gustar muchísimo. Las Navidades suelen ser unas fechas un poco extrañas, por lo menos para mí, algún incauto diría algo como “nostalgia” o “morriña”. Yo creo que incluso es algo más, algo más indefinible y quimérico. Tampoco os voy a dar la tabarra con soliloquios elípticos dados a utilizar axiomas que suenan genial en boca y crujen en el oído…vaya, fue sin querer…supongo que no puedo evitarlo.
La finalidad del blog no es otra que el entretenimiento para vosotros y el forzarnos en la escritura para nosotros. Cada semana nos preocupamos de que haya un cuento nuevo que podáis leer, y con la entrada de “Guionista de Barrio” ahora son dos, y lo más maravilloso de todo es que lo hacemos porque nos gusta y nos sale del rabo, incluso podemos decir “rabo”. Hay semanas que estamos más inspirados, otras menos…pero siempre somos persistentes. También quiero decir que hemos tenido la suerte de dar con dibujantes muy buenos y simpáticos, cosa que es de agradecer, y con otros no tan buenos y simpáticos, cosas de la vida.
No podemos olvidar que (tttttzzzssss) que (tttttzzzzsss)… (…) no podemos olvidar que (tttttzzzsss) ¿qué coño es eso?
“Alrededor de Adrián, conocido en el blog como Heosphorus, un insecto pululaba por los lindes de su cabeza, testa, mollera o chola. Adrián, sin apartar las manos del teclado lo miró extrañado. Tenía los pezones bastante duros, lo que indicaba un frío remarcable, por lo que todos los insectos alados, deberían estar muertos, fallecidos, finiquitados, difuntos, cadáveres o fiambres. Ese singular acontecimiento hizo que interrumpiera su escritura y tomara las riendas una suerte de voz en off. Pese a ser Nochebuena, Adrián seguía con el pijama, retrasando la hora de ir a cenar con su familia y se levantó intentando ver de cerca aquel inmortal insecto. Su impulsivo movimiento espantó al bicho que lo hizo huir por la ventana que el imbécil de Adrián mantenía abierta en pleno invierno. Se asomó para seguir con la mirada la estela del bicho y vio cómo iba a pulularle a una farola, faro, fanal o lámpara pública, donde algunos más también lo hacían.
Adrián bajó de su casa con su jersey verde y un pantalón muy descocado de color azul. Bajó a la calle con el maldito pijama impulsado por la curiosidad para comprobar como aquellos bichejos revoloteaban en torno a la luz. Quería entender como con cuatro grados centígrados, estos insectos seguían tan panchos y pudo ver en detalle que se trataban de las delicadas hadas de la Navidad…bueno, delicadas no sería el término apropiado, qué daño había hecho la burocracia y la mercantilización. Con semblantes serios, trajes a medida y maletitas de piel de ardilla, las hadas de la Navidad se vieron atraídas por lo brillante cual urracas. Adrián solo pudo soltar un “meh” y volverse a casa despreocupado. A fin de cuentas solo era la confirmación de que la Navidad era una auténtica mierda.
Adrián se volvió a sentar en su escritorio y se tomó un minuto para volver a serenarse y…”
Y no podemos olvidar que nada de esto sería posible si vosotros no nos leyerais cada semana y quiero pensar que os alegramos un poquillo con nuestras pequeñas reflexiones ácidas, nuestras pequeñas aventuras o nuestra metaliteratura. Esperamos que este año podamos continuar al menos como hasta ahora y mejorar un poquito si cabe.
Feliz Navidad a todos =D
Arte de: Rafael Mir
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