
Para: reyesmagos@gmail.com
De: no-adulta@gmail.com
Queridos y excelentísimos Reyes Magos:
Sí, lo sé, hace tiempo que caducó mi derecho a escribiros pero no puedo pagarme un psicólogo y he decidido que la mejor forma de aliviar mis penas es confesarme con vosotros. Con Santa Claus lo intenté el año pasado, pero es un ególatra tirano que explota a menores de edad a los que viste de criaturas mágicas de los bosques para dar rienda suelta a sus filias más inconfesables. También tengo que reconocer que una vez tuve el impulso* de escribirle a Dios, luego me acordé de que no existía y desistí. Sí, sois mi tercer plato.
A lo que iba, que me enredo y no hay quien me desnude. Hace años os escribía cada Navidad en esas cartas cutres que adjuntan las grandes superficies en los catálogos de juguetes, algunos años acertabais, los años sobrios supongo, otros no dabais ni una… En fin, como la vida se me ha hecho bola a la mitad he decidido volver a esa ancestral costumbre. Debo recalcar que soy una NO- ADULTA ya que el otro día me senté en el suelo a jugar con mi prima pequeña y me dijo textualmente: – eres una niña grande, los mayores no se sientan en el suelo. Dicho esto, me siento en el derecho de pedir, incluso me atrevería a decir de exigir mis regalos.
Este año me he portado tan mal como siempre, he odiado a gente que si bien se lo merecía no me ha dado motivo alguno, he pagado el alquiler cada mes sin rechistar y no he soltado frases de cuñado como: “el feminismo es lo mismo que el machismo”, o “este máster que vas a hacer huele a fracaso”. He llegado tarde solamente aquellas mañanas que he conseguido levantarme de la cama y he tomado la dosis correcta de ansiolíticos recomendada por exadictos rehabilitados. He insultado pero siempre haciendo un uso elevado del lenguaje y me he reído de los chistes más crueles que alguien puede hacer sobre sí mismo. Me he dejado embriagar por el alcohol, pero dudo que estéis en posición de juzgar dicha conducta. También he bailado de forma ridícula en baretos de mala muerte y he sido derrotada múltiples veces por la página de Renfe. A veces he mentido sin querer, las otras veces lo hecho con total voluntariedad, he sido hipócrita y he maquillado la realidad porque le había salido alguna que otra espinilla. Por lo tanto, creo que por lo general y teniendo en cuenta que todo esto es más de lo que la mayoría podría presumir adjunto mis peticiones en un enlace de google drive, que el archivo pesa demasiado.
P.D. : Por cierto que otros pidan Paz en el mundo que yo no soy ejemplo para ir exigiendo.
Relato e ilustración de Riastone.