El rico y el pastor

OLYMPUS DIGITAL CAMERA

Todo empezó con un malentendido malinterpretado y no malintencionado, como  todo en esta vida. Nos remontamos a un año indeterminado exacto, donde lo que habitaba en la tierra no eran más que piedras, ovejas, abejas y  alguna comadreja. En una casucha levantada con piedras amontonadas, habitaba Don Melchor Balistre, el primer pastor del que se tiene constancia…pastor de ovejas se sobreentiende. Don Melchor era un señor humilde, maestro en levantar una ceja cuando iba a empezar a llover o en llevar su cachava con maestría entre el “ganao” como él decía, porque vaya si se lo había “ganao”, tres semanas estuvo hablando con todas las ovejas de alrededor para convencerlas de que convivieran juntas.

Don Melchor era un señor curioso y era dado a levantar todas las piedras, a revolver entre los helechos y a provocar el eco en su valle tranquilo y desierto. Aunque esto no podía durar para siempre y ahí aparece la nota en discordia: Don Mauro Grajo.

Don Mauro no era nada, tenía los tobillos demasiado finos para escalar, las manos demasiado temblorosas como para ser sastre o herrero, el morro demasiado apretado como para ser silbador profesional…Don Mauro fue el primer rico del que se tiene constancia, rico de vago…no de lo rica que está la comida, se sobreentiende.

Don Mauro llevaba dos comadrejas atadas a los pies para evitar andar (entiendan que todavía no se habían descubierto los caballos) cuando pasó junto a la casucha de Don Melchor Balistre, este estaba acicalando a sus ovejas con piropos y un enorme peine cuando Don Mauro provocó una falsa tos para reclamar su atención.

— ¿Qué es usted?—quiso saber Don Melchor sin detener su labor acicaladora.

— ¿Yo? Evidentemente soy yo— contestó Don Mauro— y ¿usted?—dijo devolviéndole la pregunta y levantando una ceja.

— A mí no me levante la ceja así si no va a llover, ¿eh?

—Tengo hambre, mate a una oveja y démela de comer — dijo Don Mauro cambiando de tema.

—Anda y piérdase, a ver si tengo suerte y no se encuentra— contestó Don Melchor, ignorándolo.

—Le daré uno…no, ¡dos! abrazos si me consiente este capricho — tanteó Don Mauro.

—Que no, que me olvide —insistió Don Melchor.

Don Mauro acabó alejándose triste mientras las comadrejas provocaban el paso lánguido por él. Pero para ser rico también hay que ser un poco listo, entendiendo listo como pícaro…no de como cuando suena el microondas diciéndonos que está listo, se sobreentiende. Cuando Don Mauro tuvo un plan, volvió a acercarse a Don Melchor.

—Le propongo un trato— empezó a decir— usted me da una oveja y yo a cambio le daré la mitad de mis posesiones

—No le voy a cambiar una oveja por una comadreja— le espetó Don Melchor.

—No son las comadrejas, es algo mejor pero tendrá que esperar.

Y esperaron hasta que se hizo de noche. El sol se escondió y al poco se dejaron ver las estrellas.

—Aquí tiene mis posesiones— dijo Don Mauro señalando las estrellas. — Se puede quedar con la mitad…de aquí para allá.

— ¿De aquí para allá? No no no no, quiero la mitad que más estrellas tenga —replicó Don Melchor.

—Y ¿cómo sabe que no es la mitad que le estoy ofreciendo? — dijo Don Mauro.

—Vamos a hacerlo sencillo, vamos a contarlas y decidimos.

Y ahí siguen contando las estrellas, un rico que se hizo en posesión de algo que no era suyo y un tonto haciéndole caso.

Arte de: Clara Teresa Rubio

Puedes ver más AQUÍ 

Un comentario Agrega el tuyo

  1. Eva Duncan dice:

    Me ha encantado el tono humorístico del relato, sin dejar de dar en el clavo con el tema de la posesión y la cara dura. Frase favorita: «Don Mauro fue el primer rico del que se tiene constancia, rico de vago…»

    Me gusta

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.