(Sin título)

blanco.jpg

 

Bueno…a ver, si me llevo tres y a esto le sumamos lo que todavía debo, pues se queda todo en… ¡¿Cómo?! ¿Qué hora es? ¿YA ESTÁIS AQUÍ? Joder, se me ha ido la hora y no contaba con que ya teníais que venir. Está todo por montar, ni si quiera tengo el título pensado y mucho menos una ilustración. Dadme un momento, dejad que entre en el mágico trance del escritor y a ver si puedo apañar algo. No, no, ya digo que ha sido despiste mío, llevo una época un poco extraña pero que tampoco os quiero contar mi vida…a ver, dadme un momento que me concentre.

Entre las tinieblas de aquella noche desamparada se escondía, de manera fugaz y amenazante, una esbelta figura. Su aliento contenía las esencias de sus víctimas, en camino de la pútrida desolación. Sus dedos afilados rascaban las paredes de cal viva y…

No, creo que no es el tono. A ver, siempre está bien empezar creando inquietud si pretendes armar alguna clase de historia de terror. No entiendo porque a la gente le gusta esa sensación, supongo que es alguna clase de placer culpable. Como el chismorreo o el chocolate después de cenar. Pero no, no tengo cuerpo para esto ahora. Probemos otra cosa.

Su boca sabía a verano. Podía notar el recuerdo de la sal del mar en su piel, su calidez en cada cabello y unos ojos que prometían la tranquilidad bajo la sombra de mediodía. Era imposible escapar de aquel abrazo que adormecía y daba paz. Como el relente de una puerta entreabierta por donde también se cuela el sonido de las cigarras y la sensación de que unos dedos afilados rascan las paredes de cal viva…

Espera, creo que acabo de tener un cruce, lo siento. A ver, entended que es necesario cierto tiempo de maceración o de…de reposo, ¿sabéis? Como cuando haces un pan y debes esperar hasta que duplique o triplique su tamaño. ¿No habéis hecho nunca un pan? Pues vaya desastres de personas. Si le añadís nueces y orégano a la masa, se queda bastante bien. No, pero me estoy desviando otra vez. Os voy a contar un secreto: Yo, personalmente, elijo una canción antes de ponerme a escribir. Me ayuda con el tono, el ritmo y las cosas de magufo que necesitamos los escritores. Si queréis, podemos esperar a que llegue, ¿os parece?

 

Hostia, esta canción es buena. Son Ellington y Coltrane, nada menos. A ver, tampoco soy un experto en jazz ni me quiero tirar el moco. Esta canción la tengo por ahí guardada y he mirado los nombres. Me gusta y la disfruto, pero tampoco voy a dármelas de entendido. Bueno, al turrón.

 

Una despedida dolorosa a bordo de un vagón de tren siempre endulza la fastuosidad y la teatralidad en la vida. Pero nuestra memoria selectiva es automática, quizá alguna especie de ente controle nuestras funciones…no pienso en el alma, sino en algo más parecido a una babosa egoísta que solo se preocupa porque su carcasa humana sea lo más feliz posible. Nos sentimos protagonistas de nuestras vidas y cometemos el error de tomar a los demás por secundarios. Todo el mundo tiene sus fantasmas, sus preocupaciones, sus olvidos y sus…sus ¡MIERDAS!

Perdón por el grito, de verdad. Me habéis pillado con todo el tinglado por montar y creo que he intentado emular cierta pasión desmedida y creo que se ha notado forzado. Supongo que no tengo excusa, pero la adultez es algo horrible. Creo que quedé herido de muerte de ella hace exactamente tres meses, dieciséis días y unas cuantas horas, tampoco llevo un calculo exacto. ¿Sabéis cuando sentís que da igual lo que hagas que no vale para mucho? O peor, que no vale para absolutamente nada. Es un sentimiento agridulce esa consciencia de mortalidad e incluso de…prescindibilidad. No nos engañemos, todos molamos y la felicidad es casi una elección. Pero no podemos morder tanto, ni gruñir, ni embebernos en la taciturnidad y alevosía. Uso estas palabras tan rimbombantes porque en mi fuero interno pienso así, con una sublimada verborrea que martillea y es insoportable. Cuando quieres mirar en todas las direcciones a la vez, solo conseguirás partirte el cuello y caer como un trapo escurrido.

 

Bueno, me vuelvo a disculpar. La próxima vez me pondré una alarma para avisarme de vuestra visita y poder entreteneros con esa mezcla entre bufón y señor de alta alcurnia. Evadiros del fango, las piedras y las agujas oxidadas. Daros un respiro. Cerrad la puerta al salir.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.